Truño guía de Córdoba

 

Córdoba, conocida en su provincia como Cordobita la Llana por estar situada en una depresión al pie de Sierra Morena, cuenta con aproximadamente 330.000 habitantes, lo cual la sitúa como tercera ciudad de Andalucía por debajo de Sevilla y Málaga y la décima del país. 
 
Se trata de una ciudad preciosa, de las más bonitas de España (y eso es mucho decir) que merece la pena visitar y prolongar la estancia más de lo que nos puede hacer suponer su tamaño, para saborear no solo la belleza de sus calles y monumentos sino también la alegría y dinamismo de su gente que se palpa de inmediato al entrar en contacto con ellos, ya sea asistiendo a un espectáculo o simplemente tomando unas tapas en cualquier bar de barrio.
 
Tiene un centro histórico, la judería, repleto de vestigios arquitectónicos de la época de los romanos primero y de los musulmanes después,  en que Córdoba fue capital del Califato y la ciudad más grande del mundo con medio millón de habitantes. Su edificio más emblemático es sin duda la Mezquita, del que hablaré más adelante.
 
Otro símbolo de la ciudad es el puente romano sobre el Guadalquivir,  poco caudaloso a su paso por Córdoba, lo cual es una lástima, porque si ya es preciosa la postal de la ciudad a orillas del río, con un poco más de agua, unos patitos y algún barquito aunque sea de papel, ya sería la leche.
 
Por encima de la judería un centro comercial más moderno, al estilo de las grandes capitales con hermosas y concurridas plazas.
 
Y el resto de la ciudad, como ocurre en todas, contiene barrios de todo tipo dependiendo de las clases sociales, pero en general está muy bien cuidada, con bastante zona verde, grandes avenidas y combinando de manera salerosa (¡ole!) una arquitectura moderna con la más tradicional andaluza. Para mí tiene un encanto especial.