VALLÉS:
Al nordoeste de Barcelona está la comarca del Vallés. En ella hay municipios importantes como Sabadell, Terrassa o Cerdanyola, entre otros, pero ya están algo más separaditos. Los dos más cercanos y que incluyo en mi truño guía son:
MONTCADA I REIXAC:
Municipio de 37.000 habitantes que limita con Barcelona, Badalona, Santa Coloma y otras localidades como Serdanyola, Ripollet o La Llagosta (limita con medio mundo, por lo visto…).
El conjunto de la población lo componen distintos núcleos urbanos separados entre sí por campos, montañitas, autopistas y vías de tren.
La mayoría de ellos tienen aspecto de barrio residencial de clase obrera, con edificios feos y bajitos y poca cosa para ver.
Uno de ellos, el de Santa María de Montcada, es el más residencial de todos y tiene aspecto de urbanización, con mucha casita unifamiliar, algunas de más calidad que otras, pero en general para la clase media.
Curiosidades:
- Hay una leyenda ambientada en Montcada, que cuenta que en tiempos de Jaume I, unos árabes estaban refugiados en la montaña huyendo de sus tropas. Este les dio ocho días para rendirse o irían a por ellos a destajo y sin compasión. Pero a los seis días, entre la escasez de alimentos y la coincidencia con la época de cuaresma, las tropas del rey estaban muertas de hambre y desfallecidas. Entonces Jaume I fue a visitar a un tal Hugo de Montcada que según había llegado a sus oídos tenía la despensa llenita de alimentos. Este, que ya esperaba la visita del rey, dejó 7 panecillos sobre su capa de color grana para abastecer a toda la tropa. Tras bendecir los panes y ante la sorpresa de todos, estos se multiplicaron y fueron suficientes para todo el ejército, que cogió fuerzas y cumplido el plazo logró la rendición de los árabes. El rey concedió al tal Hugo el blasón de 7 panes de oro en campo de grana (¿Quién no ha deseado alguna vez en su vida tener un blasón de 7 panes de oro en campo de grana?, pues bien, este tío lo tuvo).
- La fábrica de cemento Asland es un clásico del municipio. Se ve desde la autopista, con lo cual todo barcelonés la tiene vista. Fue construida en 1917 como sucursal de otra que hay en un pueblo llamado Castellar de N’Hug, y fue pionera de una fuerte industrialización que sufrió Montcada en aquella época que dio lugar a unos cuantos polígonos todavía existentes en nuestros días (días oscuros los que corren hoy).
Lugares de interés:
- Casa de la Vila, en la calle Major, 32. Es el antiguo ayuntamiento, construido en 1918 por el arquitecto Josep Graner i Prats. Actualmente se celebran exposiciones, cursos y actividades varias. Se puede visitar por dentro.
- Parc de les Aigues: El parque es bastante nuevo, pero contiene elementos históricos como el Rec Comtal o la Casa de les Aigues.
- Esglesia de Sant Pere de Reixac: Se llega desde la carretera de Badalona a Montcada (carretera de la Vallençana), en el km 7. Es una iglesia con casi mil años de historia y muchas vivencias a sus espaldas, entre ellas dos incendios, y distintos estilos fruto de las remodelaciones que ha sufrido a lo largo de los años.
- Parcs de la Llacuna y Can Cuiàs: Alrededor de Montcada hay parques que son mucho más que eso, son espacios naturales convertidos en parque. El primero tiene una laguna natural y es un lugar ideal y preparado para el estudio de la vegetación autóctona (aunque yo soy más de ponerme a cagar debajo un pino sin plantearme demasiado que tipo de planta es la que estoy manchando) y el segundo es la puerta de acceso a la montaña de Collserola.
Restaurantes:
- Ca La Pepi: Carrer Eivissa, 10. Cocina mediterránea y tradicional, aunque también puedes comer de tapas y de modo informal. Destacan también sus postres. Buena relación calidad precio.
Transporte público:
- Autobuses.
- Trenes (RENFE): Montcada es un punto de enlaces ferroviarios, por lo cual por el pueblo pasan tres líneas distintas y cuenta con cinco estaciones a pesar de su tamaño.
- Metro: Can Cuiàs (L11, verde clarito).
Sant Cugat del Vallés:
Ciudad de 98.600 habitantes que limita directamente con Barcelona a través de la montaña de Collserola y que tiene continuidad urbana únicamente entre los barrios de les Planes (Barcelona) y la Floresta (Sant Cugat), ambos formados por hileras de casas escondidas en la montaña. El resto del municipio se une a Barcelona por los túneles de Vallvidrera o bien por la carretera de l’Arrabassada, que son doce km de montaña y paisaje natural.
Sant Cugat es un municipio que ha ido creciendo alrededor de su núcleo histórico como consecuencia de la llegada de gente de clase alta o media alta de Barcelona u otros lugares de la provincia. Así pues cuenta con un centro histórico y comercial que recuerda el pueblo que fue, un barrio obrero con aspecto de tal, muy cercano al centro, y el resto son zonas muy residenciales con edificios nuevos de alto standing o bien casas adosadas, unifamiliares o incluso algunas mansiones, principalmente en los barrios de Mira Sol i Valldoreix. El barrio de la Floresta son casi todo casas unifamiliares, de mayor o menor nivel, situadas en plena montaña de manera desordenada y distribuidas en distintas urbanizaciones o hileras de casas entre vegetación y caminos de montaña.
Curiosidades:
- El origen de la ciudad se remonta a la época romana, con una fortaleza y un núcleo de población llamado Castrum Octavianum, que protegía la Vía Augusta que unía Barcino (Barcelona) y Egara (Terrassa), aunque hay vestigios de épocas muy anteriores en las que seguramente ya había vida en la zona.
- El nombre de Sant Cugat se debe a que en este lugar fue martirizado en el 313 d.c. un tipo venido de África llamado Cucuphas (Cugat), que pretendía predicar la fe cristiana en territorio romano, y por lo visto no le salió muy bien.
- En Sant Cugat, en el barrio de Valldoreix, se construyó el primer campo de golf de Catalunya, muy adecuado teniendo en cuenta la clase social que predomina entre los practicantes de este deporte y también en los habitantes de la localidad.
- El Gran Casino de la Rabassada, situado en su día en el Km 7’8 de la carretera de l’arrabassada, ya en el término municipal de Sant Cugat poco después del cruce de la carretera que va al Tibidabo. Se trata de un desaparecido complejo de ocio que incluía hotel, restaurante, casino, atracciones, teatro, etc., que fue un referente para toda la nobleza catalana durante el primer cuarto del siglo XX. Allí se reunía la aristocracia catalana e incluso de otras partes de España y de Europa, para dar rienda suelta a su vena más viciosa y de paso relacionarse y hacerse un nombre en la alta sociedad. Muchas fortunas se dilapidaron en sus mesas de juego y muchas otras engordaron todavía más. Con la dictadura de Primo de Rivera, se prohibió el juego y empezó la decadencia del complejo. Finalmente fue cerrado y clausurado y tras convertirse en un cuartel de carabineros, fue destruido en la década de los cuarenta. Hoy en día todavía se pueden ver ruinas del complejo, abandonadas e invadidas por la naturaleza, como un trozo de la puerta del hotel, el mirador, parte de alguna atracción y restos de la fachada. Vestigios de historia de la ciudad enterrados entre la maleza.
Lugares de interés:
- El Monastir de Sant Cugat es sin duda el mayor atractivo de la localidad. Se trata de una abadía benedictina del siglo IX, que fue en su momento el monasterio más importante de todo el condado de Barcelona. Su claustro es lo más destacado y es un ejemplo de arte románico catalán.
- El centro histórico. Las calles situadas alrededor del monasterio, especialmente la calle Santiago Rusiñol y sus vecinas, muchas de ellas peatonales, son las más antiguas, bonitas y comerciales.
- Puede ser atractivo un paseo por las tranquilas urbanizaciones del Mirasol o Valldoreix para el que le guste ver “chocitas” de esas que te hacen soñar en como será tu vida cuando te toque el décimo de lotería que compras cada semana.
- Hay algunos edificios modernistas como Casa Armet, de Ferran Romeu i Ribot y del 1898, en la Avda. de Gracia 30, que destaca por su molino de viento y su depósito de agua, Casa Generalife, en Elisenda Ribatallada con Francesc Xavier, 6, de estilo andalusí, de Balcells i Buigas y de 1929, o Casa Lluch, la más bonita y creativa de todas, también de Balcells i Buigas y de 1910, pero que solo la puedes ver de lejos desde la carretera de l’Arrabassada, entrando al municipio a mano izquierda, porque es propiedad privada y está detrás de un muro.
Restaurantes:
- La cuina de Sant Telmo: Industria, 27. Por las calles de alrededor del monasterio. Decoración rústica, capacidad para unos 30 comensales y cocina tradicional con mariscos, arroces, pescados y carnes de todo tipo, postres artesanos del Vendrell y extensa carta de vinos, todo de excelente calidad. De martes a viernes hay menús algo más caros que los menús diarios de bar, con lo cual supongo que la carta también picará un poquito más.
Transporte público:
Ferrocarriles Catalanes, tren (RENFE) y autobuses (desde Barcelona, plaza Lesseps está el A4 y el A6, que no son Audis sino autobuses).