TRUÑO GUÍA DE TORINO

 Turín, Torino en italiano, es la capital del Piamonte italiano y cuenta con aproximadamente 900.000 habitantes que llegan hasta 1.700.000  si contamos el área metropolitana. Es la cuarta ciudad piu grande de la Italia.

 
Está situada en el noroeste del país transalpino, a tan solo unos 35 km de los Alpes, unos 50 km de Francia, 100 km de Suiza y 150 km de Milán. Todo ello aproximado y en línea recta.
 
Torino tiene la apariencia de un lugar sombrío; con un clima frío la mayor parte del año y carente de la vitalidad que caracteriza a otras grandes ciudades italianas. Por otro lado está bastante anticuada a nivel de comercios e infraestructuras; a mi me dio la sensación de haberme trasladado en el tiempo algunas décadas atrás. La mayoría de sus barrios no tienen nada de especial; edificios y calles que han ido creciendo sin tener en cuenta la estética, para satisfacer la expansión que sufrió la ciudad durante el siglo XX debido a su apogeo industrial. Todo ello sumado a su situación norteña, alejada de otras ciudades con mayor atractivo turístico, hace que no sea de las más visitadas de Italia, y que quien lo hace es porque va a parar allí por trabajo, por su proximidad con los Alpes o porque no está muy bien de la cabeza, como fue mi caso.
 
 
Pero a pesar de el párrafo anterior, esta truño guía no tiene por objeto dejar Torino a la altura del betún, más bien al contrario. A mi me pareció una ciudad muy atractiva, en primer lugar porque soy un tipo extraño que no necesariamente busca de una ciudad que sea bonita (aunque a nadie le amarga un dulce), sino que me seduzca por factores que solo un experto psicoanalista sería capaz de descifrar con claridad. Y Torino lo hizo. Curiosamente, para mí algunas de las características que he puesto en el párrafo anterior, le dan su toque personal y la hacen a mis ojos más interesante. 
En segundo lugar, para una persona normal, Torino tampoco es en absoluto una ciudad exenta de encantos; presenta un aspecto elegante,  su centro histórico es más que decente y recomendable, posee numerosos edificios de estilo barroco, muchos de ellos sostenidos y adornados con arcadas muy características del lugar y se ve invadido por raíles y vías de un anticuado tranvía que también ayuda a conferirle un sello muy particular. Por otro lado su disposición geográfica también la favorece estéticamente; una parte se encuentra situada en una colina que se puede apreciar desde muchos puntos del resto la ciudad, que se encuentra en una planicie cuyos límites se encarga de marcar el caudaloso río Po en su paso por Torino. También pasan por la ciudad los ríos Stura di Lanzo y el Dora.
Cabe destacar que es una de las ciudades con más zona verde de Ítalia.
 
Además, como de hecho sucede en casi todas la ciudades grandes, también hay sitios concretos como monumentos, museos, palacios, etc. cuya visita por si sola puede justificar la estancia en la ciudad. La Mole Antonelliana, de la que hablaremos más adelante, es la que más destaca en su perfil y por ello se ha convertido en el símbolo de Torino.
 
Así que resulta que tampoco es en absoluto fea. Yo diría que es cierto que puestos a elegir, hay ciudades más bonitas en Italia, pero si por el motivo que sea, vas a parar a Torino, no es un lugar para resignarte y rechazarlo, sino para tomarte la molestia de descubrirlo y disfrutarlo de tal modo que lo más normal es que te vayas con la sensación de que ha valido la pena visitarlo (es mi opinión, y así se la hago llegar, amigo mío…).    
 
PD: es mi ciudad favorita, aunque no lo parezca por la descripción.