Las lenguas oficiales de Catalunya son el catalán y el castellano. En Barcelona y área metropolitana se hablan ambas en una proporción similar. Aunque en principio el idioma no tiene clases y ambas lenguas están presentes en todas las capas sociales, es una realidad que el castellano predomina en los barrios obreros y área metropolitana (supongo que en gran medida se debe a la masiva presencia de inmigrantes o descendientes de estos), y el catalán entre la clase media y media alta.

En cualquier caso, ambas lenguas conviven de la forma más natural, de tal modo que una de las cosas que más suele sorprender al forastero, es la facilidad con la que los catalanes pasan de un idioma a otro dentro de una misma conversación, dependiendo del interlocutor al que se estén dirigiendo.

Normalmente es el catalano parlante el que cambia de idioma al dirigirse al de habla castellana, y esto se debe a que prácticamente todo el mundo domina sin problema el castellano, en cambio respecto al catalán, todavía hay muchos inmigrantes o descendientes de estos, que aunque lo entienden sin dificultad, no se sienten cómodos hablándolo. Conozco bastante gente que pese a haber vivido en Barcelona toda su vida, no hablan nunca en catalán, en cambio el caso inverso es mucho más difícil de encontrar.

          

Aunque no es frecuente, también he visto, en más de una ocasión, casos en que cada interlocutor habla un idioma, y tampoco hay ningún problema; cada uno utiliza la lengua con que mejor se expresa y se entienden perfectamente.

El grado de bilingüismo es tal, que es incluso muy habitual que se hablen los dos idiomas en una misma casa. Ejemplo: entre los cónyuges en castellano, los hijos con la madre en catalán y con el padre en castellano. O cualquier otra combinación.

Así que, al contrario de lo que dicen muchas leyendas urbanas que he oído yo más de una vez en mis viajes por las Españas, en principio ningún español debe tener ningún problema con el idioma, ya que Barcelona es totalmente bilingüe, y salvo que topes con algún gualtrapilla que te quiera hacer la puñeta (también tenemos gualtrapillas, pero afortunadamente y como en todas partes son minoría), o alguien que no se haya dado cuenta de que eres de fuera y te conteste en catalán, (en cuyo caso es tan sencillo como hacerle ver con educación que eres un turista y que no te estás enterando de un carajo), lo más normal es que la gente te responda en castellano al dirigirte tú a ellos en tan distinguido idioma.

Donde sí puedes tener algún problema es en todo aquello que sean indicaciones o rótulos puestos por el ayuntamiento (señales de tráfico, indicadores de calles, etc.), ya que hace bastantes años que tanto la Generalitat (gobierno de Catalunya), como los distintos municipios, siguen una política de casi exclusividad de la lengua catalana. De todas formas, es una lengua latina y se entiende muy fácil, y más por escrito.