Son andaluces, así que, a pesar de su fama, no son muy diferentes del resto de andaluces; suelen ser amables, extrovertidos, con cierta tendencia al folclore y al cachondeíto. Pero hay algunos tópicos que dicen lo contrario.
Dicen de ellos que tienen malafollá, esto es una manera muy particular de afrontar las relaciones, o el sentido del humor, como que son agrios o antipáticos. Y esta es la fama que tienen en el resto de Andalucía.
Por lo demás, su propio acento granaíno (no granadino), propio de Graná (no de Granada), sus expresiones típicas, y la sensación de que hay un ambiente más hippie que en otras ciudades andaluzas (en general, ¿eh?, hay de tó, claro).
Los granadinos, los andaluces en general, suelen ser bastante religiosos y hay bastantes manifestaciones de ello por la calle en forma de pequeños altares con vírgenes, etc.