Hubo asentamientos humanos ya en la prehistoria, durante la edad de bronce.
Desde el siglo VI a.c. hasta la época de los romanos, habitaron en estas tierras los ilergetes, un pueblo íbero que bautizo a la ciudad como Iltirta. Después vinieron los romanos con toda su fiesta y la llamaron Ilerda. En el siglo VIII pasó a ser musulmana hasta que fue liberada por Ramón Berenguer IV y Ermengol VI, ya en el siglo XII.
Con Jaume II, siglo XIII, se funda la universidad.
En el siglo XV hay grandes cambios arquitectónicos y se construye el hospital de Santa María, hoy en día uno de los atractivos turísticos de la ciudad.
Los siglos XVI y XVII fueron tiempos oscuros, debido a una gran cantidad de guerras y enfermedades que asolaron y medio destruyeron la ciudad. En esa época sufrió la guerra delsSegadors y Felipe V entró en la ciudad encontrándosela medio en ruinas.
En el 1714, con la caída de Catalunya en la guerra de sucesión y la llegada de los borbones, se firma el decreto de la Nueva Planta donde Lleida pierde sus libertades, la Paeria (gobierno municipal) y la universidad, y la Seu se convierte en un cuartel militar.
En el siglo XVIII se recupera y construyen la catedral nueva.
En el siglo XIX sufre de nuevo las consecuencias de la guerra al ser invadida por las tropas de Napoleón.
Y de nuevo es medio destruida y bombardeada en el siglo XX víctima de la guerra civil española.
A lo largo del siglo XX se va recuperando, y hoy en día Lleida es una ciudad moderna y dinámica que pese a no ser una gran urbe abarca una zona de influencia de casi 500.000 personas, incluyendo toda su provincia y parte de Aragón. Es importante el paso del Ave por la ciudad, que favorece muchísimo la comunicación con las ciudades más importantes de España como Madrid o Barcelona e incluso Zaragoza. También es la capital más próxima a los Pirineos, lo cual la convierte en lugar de paso para mucha gente que persigue ese destino.