Es una ciudad pequeñita, por lo tanto, te la acabas en un día, es más, si no eres de visitar museos, bodegas, etc y solo quieres pasear por su casco antiguo, te la acabas en un rato. Aunque, como no, lo ideal es quedarse un par de días para no solo verla sino conocerla y disfrutarla, que vale la pena.

Lugares emblemáticos a visitar:

Calle Portales:

Calle más céntrica, donde hay muchas tiendas y terrazas bajo los portales. Imprescindible, te la encontrarás sin querer. En uno de los callejones adyacentes, Francisco Martínez Zapata, está el café moderno, un local con fachada modernista (o a mí por lo menos me lo parece) que es un clásico de la ciudad. También hay en la misma calle una confitería altamente recomendable, la mariposa de oro.

       

Plaza del Mercado:

Está en la calle Portales. Una plaza grande, bonita, con mucha terracita y edificio típico riojano y mucho ambiente siempre.

       

Concatedral de Santa María de la Redonda:

Está en la misma calle Portales y en la plaza del Mercado. Es del siglo XVI, construida sobre una iglesia románica que era redonda (de ahí su nombre) y fue reformada en los dos siglos posteriores. Tiene dos torres que se les llama gemelas, pero una es más alta que otra. Para más datos consultar una guía decente.

          

 

Calle Laurel y alrededores:

Por el centro, no te costará mucho encontrarla con tu ingenio, un buen mapa o un gps. La gracia de la calle, aunque sea estrechita, centro histórico y tenga su gracia, no es visitarla y echarle cuatro fotos, es ir a una hora en la que tengas hambre y visitar todos los bares de tapeo que puedas e hincharte a vino hasta que te cueste encontrar la salida. No en vano le llaman la senda de los elefantes, porque lo normal es que salgas trompa de ahí.

         

Resto del Casco Antiguo:

Podría nombrar calles como San Juan, Bretón de los Herreros (bonito paseo con un montón de terrazas y un famoso teatro barroco del siglo XVIII), pero es lo de menos. La cuestión es pasear por su centro histórico y palpar la esencia del centro de la ciudad. De todas formas, es innecesario este párrafo, solo visitando el resto de sitios que pongo ya acabas pasando por su centro histórico. Pero lo pongo igualmente. Soy un chiflado que a veces hace cosas sin sentido, lo reconozco.

         

Plaza Santiago o plaza de la Oca:

 Es lugar de paso de peregrinos. En la plaza hay dibujado en el suelo un juego de la oca y cada casilla representa un pueblo de paso del camino de Santiago. Delante está la iglesia de Santiago, la iglesia de los peregrinos. Dentro está la virgen de la Esperanza, que es la patrona de la ciudad.

          

Calle Marqués de San Nicolás:

Casco histórico por encima de la plaza del Mercado. La calle en sí es una más, pero hay una iglesia que recomiendan en las guías serias, Santa María de Palacio, y también está, en la otra punta de la calle, el Parlamento, que antes era un convento y después fue una fábrica de tabaco.

           

Puente de piedra:

También llamado San Juan de Ortega. Atraviesa el río Ebro, claro (no va a atravesar el Sena). Aunque antes había un puente en el mismo emplazamiento, con la forma actual es del 1884 por un tal Fermín Manso de Zúñiga (un señor que hacía puentes).

Hay cuatro puentes que atraviesan el río desde la ciudad, pero el más famoso, emblema de la ciudad, es este. También hay uno de hierro bastante famosillo, de hecho, es el más antiguo (1882, poquito se lleva con el otro) y se le conoce como puente de Sagasta porque parte de la calle de dicho nombre.

         

Paseo del Espolón:

Justo por debajo del casco antiguo. Nada, una plaza más o menos maja, aunque para mí no tiene nada del otro mundo. Pero es la plaza más emblemática de la ciudad. Ya está en territorio muy urbano, aunque es del siglo XVIII, y tiene por ahí una estatua de un señor (el General Espartero) montado en un caballo, un auditorio con forma de concha y arbolitos y banquitos. Hala, ya está, esta es mi explicación del Paseo del Espolón.

          

Los calados:

Son las bodegas que había bajo las casas. Hay muchas en la calle ruavieja, Barriocepo y alrededores. Si te fijas en el bajo de los muros de las casas, hay unos respiraderos que se utilizaban para disipar el monóxido de carbono que se producía al fermentar el vino. Supongo que la gracia está en visitarlos, aunque yo no lo hice (ya he dicho antes que soy un chiflado). Por internet o simplemente a través de tu hotel, te pueden informar muy fácilmente del cómo, del cuándo y del dónde. El más grande es el de San Gregorio.

En la calle Ruavieja, 29, ya que la nombro en este párrafo, está el ayuntamiento.

 

Bodegas:

Lo mismo que el apartado anterior. Yo no visité ninguna, porque los chiflados (por lo menos los de mi especie) pasamos bastante de estas cosas, y por lo tanto no voy a recomendar una u otra en concreto (recuerda que esto es una truñoguía). Pero igual que he dicho antes; en internet hay muchas y puedes reservar desde casa, en los hoteles también te ofrecen visitas guiadas. Hay por la ciudad y también afuera.

Mi mujer visitó una vez que fue las bodegas de marqués de Riscal, que en realidad pertenecen al pueblo del Ciego, y ya es provincia de Álava, pero está solo a unos diez km de Logroño. Por ahí hay también un hotel de Guggenheim.

        

También están las bodegas Ontañón, en las afueras de la ciudad, avenida Aragón, 3.  No solo es una bodega, que también, sino que además  es especialmente bella porque está llena de pinturas y esculturas de un artista riojano, Miguel Ángel Sainz. Hay distintos precios entre 15 a 140, dependiendo de si solo quieres ir al bar de la bodega a degustar vinos, pasarte el día ahí con almuerzo y todo, u opciones intermedias.  Las visitas son de lunes a viernes de 10 a 18h y los sábados de 10 a 14h. Domingos cerrados.

Lo dicho, un chiflado, no iba a recomendar ninguna y al final he dicho dos. No hay quien se aclare conmigo.

Museos:

Museo de la Rioja: sobre la historia de la provincia. Está en el casco antiguo, en el palacio Espartero, en la calle San Agustín. Abren de 10 a 14 y de 16 a 21 de martes a sábado, y los domingos y festivos solo por las mañanas. Es gratis.

Casa de las ciencias: en el extremo opuesto al centro del puente de hierro. Ubicada en un bonito edificio de 1910, que antiguamente era el matadero municipal. Por lo demás, pues eso, un museo de la ciencias que se  va renovando y también hace exposiciones temporales.

                  

Pueblos de las afueras:

Laguardia: En realidad no está en la Rioja sino en Álava, en lo que se denomina la Rioja vasca, pero está a apenas 20 km de la ciudad de Logroño. Es un pueblo precioso, una villa medieval que conserva toda su estructura y aspecto de la época. También hay bodegas por los alrededores.

           

Haro:  Este está un poquito más lejos, a unos 50 km. Uno de los pueblos más bonitos de la provincia, con gran tradición vinícola. Es tradición la batalla del vino, el 29 de junio. Fiestorro padre, aunque sigue siendo aconsejable la visita al pueblo aunque no coincida con esa fecha.