El transporte público en Nápoles es tremendamente aconsejable para un turista, por su caos circulatorio.
Los autobuses más importantes y céntricos, casi todos van a parar a plaza Garibaldi, y además allí te encuentras rutas que puedes ir observando en cada parada para ver cuál te conviene más.
El metro tiene seis líneas y aunque la frecuencia de paso resulta lenta en comparación con otras grandes ciudades europeas, al final, como siempre, resulta el medio de transporte más práctico.
Los billetes se pueden comprar en distintos puntos de venta que incluyen estancos, quioscos y taquillas de metro. A parte del billete sencillo, como en todas las ciudades del mundo mundial, tienes distintas opciones como una tarjeta diaria, una semanal, etc. que te suelen salir más económicos. El mismo billete sirve para los distintos medios de transporte.
También existen tranvías y además funiculares para subir a las colinas donde están muchos barrios de la ciudad.
Los taxis no son excesivamente caros y si sales de noche es la única opción que tendrás, ya que todo lo demás no funciona. Son blancos. Cuidado porque hay algunos que no son oficiales y se dedican a llevar a turistas por precios más elevados. Los oficiales llevan el símbolo de la ciudad en la puerta delantera.