1181 es su año de fundación y el causante el rey de Navarra, Sancho VI. Su creación no fue una casualidad, sino una conveniencia por su situación geográfica, que la convertía en un lugar estratégico de paso entre la meseta castellana y el norte de Europa. Entonces se le puso el nombre de Nueva Victoria, pero se le añadió también lo de Gasteiz porque era el nombre de una aldeílla que había en el lugar antes de la fundación de la ciudad como tal. Cosillas…
A lo largo del siglo X suceden algunas cosillas, como un incendio que devasta gran parte de la ciudad, provocando que a partir de entonces las casas se hagan de piedra y el suelo sea empedrado.
También se expulsa a los judíos, lo cual perjudica gravemente a la ciudad, que entra en crisis durante prácticamente dos o tres siglos.
En el siglo XVII la ciudad se ve invadida por los franceses en la guerra del Rossellón, pero esta situación acaba con la paz de Basilea.
En el siglo XIX la ciudad juega un papel clave en la guerra de Independencia, con la batalla de Vitoria en 1813 donde derrotaron a las tropas napoleónicas.
La segunda mitad del XIX se vio muy favorecida culturalmente, por lo que se la conocía como la Atenas del norte.
Durante la guerra civil, y aunque le tocó pertenecer al bando insurrecto, la mayoría de la población era republicana. Después sufrió la crisis de la postguerra, la división social presente en toda España, las represiones varias sobre todo a nivel cultural, también una cierta industrialización, y el terrorismo de Eta durante décadas.
Un trágico episodio en la historia de la ciudad, fue en marzo de 1976. Varios obreros se reunieron en una iglesia para reivindicar derechos. La policía los agredió hasta resultar varios muertos y más heridos, y en esa época de transición, se hizo la vista gorda, aunque el presidente Carlos Arias, franquista, cayó.
En 1980 se erigió como capital de Euskadi.
Poco más que destacar de su historia.