Truño guía de Zaragoza
Zaragoza es la capital de la comunidad autónoma de Aragón y quinta ciudad más grande de España con una población que oscila (según se van muriendo y van llegando nuevos) alrededor de los 700.000 habitantes.
Es una ciudad de la que no esperaba gran cosa antes de visitarla, porque aun sabiendo que es una de las más grandes de España, no había obtenido demasiadas referencias en forma de halago hacia ella. No porque a la gente no le guste, que después hablando he visto que sí, simplemente no era una de las que nadie me hubiese aconsejado visitar especialmente, como pasa con otras con mucha más fama a nivel turístico. Y sin embargo, como me ha pasado con tantas otras ciudades, me sorprendió y me encantó.
Un centro histórico limpio, bien cuidado y muy bonito, con calles y plazoletas llenas de encanto, un ambientazo por todas ellas y encima monumentos históricos, algunos espectaculares como su emblema la basílica del Pilar, legados de cuatro civilizaciones; romanos, musulmanes, judíos y cristianos, por lo que se le llama ciudad de las cuatro culturas. No podemos hablar de Zaragoza sin mencionar el río Ebro, el más caudaloso de España, que no solo integra y embellece su paisaje urbano, sino que seguramente es el culpable de los primeros asentamientos humanos en la historia de la ciudad (como suele pasar con los ríos, claro).
Son percepciones, cada uno tiene la suya, e igual alguien que lo lea no está de acuerdo, pero yo la veo una ciudad con una identidad muy local, incluso un poco provinciana y poco cosmopolita. No lo digo como una crítica ni mucho menos, al contrario, me encanta porque le otorga una autenticidad que hoy, con la masificación turística, muchas otras ciudades han perdido. La ciudad es grandecica y eso se nota enseguida (aunque no lleves un metro para medirla, son cosas que casi se huelen), pero también se percibe que no se trata de una gran capital europea, quizás por ello, por su situación de interior y por ser la ciudad más grande con diferencia de la región y epicentro de un montón de poblaciones mucho más rurales, conserva un carácter auténticamente maño.