Paseo de la Victoria: Es la gran avenida que hay junto al centro, con los jardines de la Agricultura en medio y muchas terrazas donde puedes sentarte a tomar unos finitos cordobeses (o una coca cola si te da la gana) y ver a los cordobeses y cordobesas pasar.

 

Cristo de los Faroles: Esta y la siguiente son casco antiguo. Pero las pongo aquí porque está muy cerca de todo el centro comercial y más alejado de la mezquita. Así que yo lo haría antes de bajar a la judería. Pero vamos, que por mí hazlo cuando te dé la gana, yo lo pongo aquí por eso. Esta plaza es el mayor lugar de culto durante la semana santa. Antiguamente era el patio de un convento. Por allí también hay una hermandad que se puede visitar y una estatua de una mujer regando que simboliza a los vecinos que cuidan los patios cordobeses. La plaza en sí, es pequeña, austera y sobre todo mística. Yo la encuentro preciosa. Tan bonita que hasta Serrat le dedicó una saeta.

                 

 

Cuesta de San Bailio: Está casi al lado del anterior. Unas bonitas escaleras con una fuente al fondo en la muralla de la casa de fachada renacentista de un antiguo señor llamado Bailío.

 

Plaza de las Tendillas: Es la plaza principal de la ciudad. Grande, con fuentes, con un reloj que marca las horas con acordes de guitarra y un monumento de un tío en un caballo. Las calles de alrededor, tal y como Cruz Conde, Gran Capitán y Ronda de los Tejares, por nombrar las más conocidas, son las calles más comerciales, repletas de tiendas, pero también con mucho ambiente de bares, terrazas y bodegas tradicionales, como algunas que he nombrado en el apartado gastronomía (aunque si vas tú, será gastronotuya)(pfff…al final dejaré de hacer guías, menudos chistes vomitivos).

 

Ruinas Romanas: Si desde las Tendillas bajas por la calle Claudio Marcelo, verás unas ruinas romanas. Se trata de un antiguo templo del siglo I d.c. con los restos de su foro.

 

Plaza de la Corredera: Es la típica plaza mayor como hay en tantas ciudades. Lo pongo en la zona de centro comercial porque siguiendo un recorrido viniendo de las Tendillas y pasando por las ruinas romanas, la tienes enseguida, pero ya forma parte de la zona más antigua de la ciudad. Es preciosa, con sus edificios de color rojo y sus arquitos. Antiguamente era la entrada del anfiteatro romano, y no tan remotamente se celebraban en ella las corridas de toros. Hoy es un sitio ideal para tomar un café o unas tapas durante el día o incluso salir de copas por la noche.