Una migaja de historia torinesi: 

 

Debe su nombre a sus primeros pobladores, que eran unos celtas llamados Taurinos. 
 
Más adelante, en el siglo I, pasó a ser colonia romana, bajo el nombre de Augusta Taurinonum, y muchas calles del centro de la ciudad aun conservan la estructura de aquella época.
 
En la edad media fue primero lombarda, después francesa, después una ciudad libre y en el siglo XIII pasó a pertenecer a la casa de los duques de Saboya, que curiosamente riman con cebolla.
 
 
 
En el siglo XV se erigió como capital del Piamonte, y durante el renacimiento florecieron las artes y la economía local. 
 
Entre los siglos XVI y XVII hubo una especie de revolución arquitectónica que le dio su aspecto actual, por lo menos el del centro, respetando el orden de las calles de la época romana.
 
En el siglo XIX, durante la reunificación de Italia, pasó a ser capital entre los años 1860 y 1865, con Vittorio Emmanuelle II como rey, y vivió una etapa política muy intensa en la que pasó a ser la cuna del socialismo y liberalismo italianos del siglo XIX.
 
En el siglo XX, Torino ocupó un papel importantísimo contra el fascismo y contribuyó con sus movimientos sociales a acelerar la caída del régimen de Mussolini.
Acabada la segunda guerra mundial la ciudad vivió un gran crecimiento económico e industrial. No se puede hablar de esta etapa sin mencionar la Fiat y los Agnelli, la familia propietaria, con una influencia notable dentro de la sociedad italiana y unos de los principales impulsores de su auge industrial. Solo hay que echar un vistazo a la marca de la mayoría de los coches de la ciudad  (y de casi toda Italia), para darse cuenta de la magnitud de su poder. Por si a alguien le interesa asomarse por ahí a ver si pega un braguetazo con alguna heredera, la residencia Agnelli se encuentra en una colina al este del Po, tocando al municipio de Peccetto Torinese, y su residencia de veraneo está en Villar Perosa, al nordoeste de Turín tocando a los Alpes. La fábrica de la fiat es un enorme complejo industrial situado en las calles Giovanni Agnelli, corso Luigi Settembrini, corso Orbassano y corso Enrico Tazzoli. Interesante ¿eh?.
 
Durante esta etapa, Torino sufrió una enorme inmigración de gente procedente de todas partes de Italia, especialmente del sur.
 
El siglo XXI empezó muy bien con los juegos olímpicos de invierno del 2006 que favoreció a nivel urbanístico no solo a la ciudad sino a toda la provincia. Pero con la llegada de la crisis en el 2009 se ha dado un paso atrás por culpa del mal momento que sufre especialmente el sector automovilístico.