Los torineses

 

Los turineses son italianos. Ya sé que parece que haya dicho una chominada porque es obvio que lo son. Pero en un país donde son populares las marcadas diferencias de carácter entre el norte y el sur, y en una ciudad situada tan cercana a los Alpes, a Francia y a Suiza, podría pensarse que nada tienen que ver con el alocado carácter italiano (dicen que Italia es el país más cuerdo de los locos y el más loco de los cuerdos). Efectivamente son italianos del norte, y no se ajustan al estereotipo vendido en las comedias italianas, mucho más próximo a la manera de ser del sur. Es cierto, que igual que pasa en España con algunas comunidades, el italiano del norte, el turinés en este caso, es más cerrado, y aunque tú como turista igual no lo notes porque el trato será en general amable y extrovertido, pero para quien va a vivir allí si nota que son mucho más cerrados a la hora de integrarte, que en el sur.

Pero al final son italianos, por lo tanto latinos, y encima entre sus habitantes hay muchos inmigrantes del sur o descendientes directos, así que si tratas un poco con ellos o simplemente los observas, no te decepcionaran; gesticulan mucho, suelen vestir con más estilo que en otros países (aunque también hay de todo), les cuesta respetar los pasos de peatones (también se ha civilizado mucho la Italia del norte en este aspecto las últimas décadas) y si dejas sola a tu novia tiene muchos números de que le echen los tejos “bella, bellíiisima…” (esto último topicazo por los italianos que vienen de vacaciones a España que actúan así, en realidad en Italia no he visto nunca nada y he ido mil veces).

 

                            

 

Yo me di cuenta nada más llegar a Torino. Sin salir del aeropuerto fui directamente a recoger el coche de alquiler. Cuando mi mujer le preguntó al tipo que nos atendió (un italiano joven, engominado y con pinta de guasón), si podía fumar, el le contestó extendiendo los brazos: “cooorso, ¡questo e la Itaaalia!!!”. Era el 2001, evidentemente las cosas han cambiado y la persecución a los fumadores ha llegado también allí, pero en cualquier caso el tío tenía muy claro que en Italia formalidades las justitas y necesarias, y eso no creo que haya cambiado demasiado.

El italiano suele ser amable, extrovertido y hospitalario, y el español es visto como alguien muy cercano, así que no creo que tengas problema con el trato recibido.

Por otro lado, como ocurre en muchas ciudades europeas, la inmigración extranjera ha crecido notablemente en los últimos años hasta llegar a ser un 9% de la población. Lo que más abunda es gente del este y magrebíes.