- Al recorrer sus calles, incluso en los barrios, verás que muchos de los edificios de Sevilla, son blancos con mucha presencia de albero (un color a medio camino entre el amarillo y el dorado), especialmente alrededor de sus puertas y ventanas, o en la base del edificio y en sus ornamentaciones, si las tiene. Este color proviene de una roca caliza y le da colorido a la ciudad. También es muy frecuente, aunque menos, el rojo carmesí.