al este de la piazza Duomo:

VÍA OREFICI Y VÍA DANTE:

Una a continuación de la otra, tras atravesar piazza Condurcio. Son calles bastante anchotas, con edificios muy del centro de Milano, con mucho comercio y restaurante. Es mucho más atractiva vía Dante que Orefici, ya que es semipeatonal y con muchísimas terrazas.

Vía Dante desemboca en piazza Castello, y al fondo verás el castello Sforzesco.

CASTELLO SFORZESCO:

Fue construido a mitad del siglo XIV para servir de residencia a la familia Visconti (de los Visconti de toda la vida) y fue residencia real durante la edad media y el renacimiento. Actualmente alberga en su interior una pinacoteca con pinturas de Canaletto y Mantegna y esculturas de Miguel Ángel. Es gratis visitarlo y abren de 7 a 19:30 todos los días. Metro: Cairoli.

PARCO SEMPIONE: 

Es el pulmón de la ciudad. Está justo detrás del Castello Sforzesco y se puede acceder a través de él. Contiene lo que todos estos parques, árboles, caminillos, explanadas verdes y algún estanque, pero tiene además otros atractivos: una torre de hierrajos llamada Torre Branca, de 109 metros y  en la que te puedes subir para disfrutar de vistas de la ciudad; el arco de la Paz (situado en el otro extremo si has entrado desde el castillo); un acuario; un estadio con pista de atletismo por si te apetece echarte a correr mientras tus compañeros de viaje descansan  bajo la sombrita de un árbol; el palazzo dell’arte y un anfiteatro. Metros: Cairoli (línea roja), Lanza (línea verde), Adorna (líneas roja y verde).

IGLESIA DE SANTA MARÍA DELLE GRAZIE:

La iglesia en sí no es nada del otro mundo, pero es de las más visitadas de Milán porque allí se encuentra el cuadro de la última cena de Leonardo da Vinci. El cuadro está bastante hecho polvo, y por eso limitan mucho las visitas, con lo cual has de reservar por internet meses antes, sino no lo van a ver tus ojitos. Si tienes interés en verlo, busca por internet y reserva la visita tan pronto como sepas que vas a ir, a ver si aún estás a tiempo, insensato.