Un poquito de ná de historia:

 
Córdoba ha sido una ciudad muy importante en varias etapas de su historia.
 
Los primeros indicios de vida humana en el territorio datan del Neardental, en el año 32.000 a.c. (casi ná).
 
En el siglo VIII a.c., durante la época de los Tartesios, ya constituía una población considerable.
 
Pero empieza a destacar en la época del imperio romano, donde fue capital de toda la provincia Hispania Ulterior Baética. Fueron tiempos de esplendor a todos los niveles, y surgieron filósofos importantes como Séneca.
 
Siguió siendo importante durante el dominio del imperio visigodo.
 
Pero la época dorada de Córdoba vino con la invasión de los musulmanes en el siglo VIII y duró hasta el XIII. Destaca la figura de Abderramán I y toda su dinastía. Pasó a ser la ciudad más grande del mundo, con permiso de Constantinopla, con unos 500.000 habitantes. Fue también la ciudad más culta del momento, con grados de alfabetización enormes para la época y donde aristócratas del resto de España enviaban a sus hijos a cursar sus estudios.
A nivel religioso se convirtió en un referente espiritual, y se construyó la Mezquita que era el principal centro islámico del mundo después de la Meca. Políticamente se erigió como capital del Emirato de Córdoba y del Al-Andalus (la España musulmana).
Económicamente se enriqueció y pasó a ser una ciudad en la que nobles de otros países acudían expresamente para adquirir sus productos. La ciudad se llenó de jardines, lagos artificiales y un acueducto que abastecía las numerosas fuentes y baños públicos, así como de palacios de los que hoy en día aun se conservan algunas ruinas, como es el caso de Medina Azahara.
 
 
En el siglo XIII fue invadida por la corona de Castilla y León, con el rey Fernando III a la cabeza y colorín colorado, su esplendor se hubo acabado. Durante la edad media no fue tan importante como en épocas pasadas, pero tampoco fue ninguneada; por ejemplo los Reyes Católicos construyeron en el siglo XIV el Alcázar, que fue una de sus residencias, y Felipe II construyó junto a estos las caballerizas reales en el siglo XVI. También en este siglo se construyó la emblemática plaza de la Corredera.
 
La peor etapa de su historia fue del siglo XVII a XIX , donde diversas pestes, malas gestiones políticas y adversidades climatológicas, la llevaron a la ruina y diezmaron muy considerablemente su población.
 
Durante el siglo XX la ciudad volvió a crecer demográficamente aunque no económicamente, y sufrió, como todas, las consecuencias de la guerra civil y la dictadura.
 
Hoy en día y desde hace unas décadas, Córdoba se ha revitalizado y se ha convertido en una ciudad muy bien cuidada y con una importante oferta cultural.